E. Danilo Pérez Zumbado.*
En los años previos a la aprobación
de la nueva Ley de Premios Nacionales (2014), hubo polémicas interesantes entre
representantes de ramas artísticas y activistas culturales con relación a la
pertinencia de eliminar, modificar o incorporar premios en el proyecto de ley
en discusión. Aprobada la ley, algunos sectores quedamos complacidos con la
incorporación del Premio de Gestión y Promoción Cultural pues abría la
posibilidad de reconocer el trabajo de colectivos que durante largos períodos
han venido gestando y promocionando la cultura, en su concepción más general, o
en ámbitos específicos del arte, en
comunidades periféricas o distantes de
los límites de la capitalidad nacional. Resultaba previsible tal reconocimiento
con la mera lectura de la descripción del premio precitado: “trayectoria de
personas físicas o jurídicas dedicadas al estímulo y el desarrollo de proyectos
culturales. Estas labores incluyen el trabajo de campo necesario para el
fomento de la organización y participación social para la consecución de los
recursos necesarios para la expresión, la recuperación, la producción, la
valorización, la revalorización, la identificación y el intercambio de
fenómenos culturales.”
Queda claro en la redacción que dicho
reconocimiento podría ser asignado a personas físicas o jurídicas, sin embargo, en el resto de la misma, la
especificación de las labores, en particular
aquellas que dicen del “trabajo de campo” y de
“la organización y participación social” para hacer posible la
consecución de recursos en los distintos
ámbitos del fenómeno cultural, convocan principalmente al trabajo de
organizaciones y colectivos. No interesa al suscrito poner en duda las razones
del premio a la persona concreta que lo
recibiera en el año 2015, pues tanto méritos como legalidad lo sostienen. Más allá de eso, habría que preguntar por qué
razón, un jurado específico no parece alejarse de una perspectiva que, sin
duda, junta elementos de la mentalidad liberal propia del estado nación, entre
otros: individualismo, capitalidad y
arte mayor.
* Publicado en Periódico Universidad
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