martes, octubre 04, 2005

Valores Compartidos

Lic. Juan Carlos Murillo Sánchez

Durante el 2005, la Asociación Cultural El Guapinol, ha venido desarrollando un programa denominado Viernes Cultural, que pretende entre otros, descubrir y redescubrir esas personas que se constituyen en referentes a seguir por parte de los niños y jóvenes de nuestra comunidad, debido a que por medio de sus capacidades contribuyen a fomentar los valores compartidos.

Durante estas actividades nos hemos beneficiado al compartir las experiencias de vida de Emilia Villegas, Angel Zamora y Oscar Ramírez, tres jóvenes, que gracias a su talento, creatividad y dedicación, nos muestran un camino de éxito a seguir.

Emilia, expositora de la plástica costarricense contemporánea, quien con su temática y su obra, ha expuesto en diversos países de América y Europa. Formadora de nuevos talentos, primero en el Colegio Castella, su casa de estudio y posteriormente en las aulas universitarias, escritora además y con una gran visión de vida, atributos, entre otros que le acompañan.

Angel Zamora, nos enseño que se puede salir de las adversidades que se le presentan a los jóvenes, encauzando sus energías y dones hacia la creación musical. Un ejemplo de superación para quienes tropiezan en la vida y una oda a los oídos con su música.

Por haber practicado el deporte número uno del país, Oscar, representa al ídolo que todo niño y joven quiere emular. Su calidad para jugar fútbol, inteligente, habilidoso, trabajador, respetuoso y humilde, le llevaron a participar de la primera Selección patria en jugar en un Mundial de Fútbol (Italia 90)

Hoy día, Emilia, Angel y Oscar tienen algo en común, el gozo de haber alcanzado sus metas, las cuales fueron forjadas a base de sacrificio, perseverancia, a no desfallecer ante las adversidades y a no dar nada por perdido.

Con su ejemplo, nos han ayudado a redescubrir esos valores que han forjado la identidad del belemita y los convierte en referentes para las futuras generaciones, en momentos en los cuales parece que se olvidan los valores y principios, con los que se convive en una sociedad.

Y es que en ellos y en cada una de sus acciones vemos reflejados esos valores que simbolizan el trasfondo cultural belemita, el cual inconscientemente a veces no apreciamos, porque los miramos como una situación de la vida diaria y no como los elementos que ayudan a moldear la identidad del belemita.

Gracias, Emilia, Angel y Oscar por darnos tan valioso ejemplo, para bien de todos, pero muy especialmente para las futuras generaciones, para que crezcan tratando de emularlos, en procura de alcanzar sus metas de vida.

viernes, agosto 19, 2005

Reflexiones

Juan Carlos Murillo Sánchez


La identidad de un pueblo se erige sobre la plataforma que constituye el patrimonio cultural y se une indiscutiblemente a la memoria histórica de ese pueblo. Esa unión, más los referentes históricos con que cuenta la población, generan conceptos fundamentales en la ciudadanía como el de sentido de pertenencia, que interactúan además con su propia cultura y ayudan a comprender mejor a una sociedad pluralista.

La construcción de la memoria colectiva y el desarrollo del sentido de pertenencia de ese pueblo, se debe dar mediante una gestión cultural que desde lo público no solo trabaje para los ciudadanos sino que además debe trabajar con los ciudadanos.

Es entonces cuando a la gestión cultural pública le corresponde activar a la comunidad en procura de una apropiación de los bienes que le pertenecen y sobre todo encaminada hacia una verdadera democratización de la cultura.

Para una comunidad, el olvido de sus referentes, ya sean involuntarios o provocados, generan amnesia colectiva y los convierte en susceptibles a ser manipulados por los centros de poder locales o externos, distorsionando la realidad cultural acorde a sus intereses y conveniencias.

Es por ello, que se hace imprescindible salvar nuestro patrimonio cultural, en aras de descubrir para unos y redescubrir para otros los soportes de nuestra memoria histórica e identidad. Pero también se hace necesario la participación y el compromiso de cada uno de nosotros en la construcción de tan importantes bienes culturales, con la certeza de que trascenderán el plano individual.

No en vano la comunidad internacional, posterior a las dos guerras mundiales tan devastadores, han tomado conciencia de proteger los bienes patrimoniales y ambientales dada la importancia que tienen para la humanidad, a partir de las convenciones de 1954 y 1999.

En nuestro caso, es urgente que los regidores belemitas dicten las políticas culturales públicas necesarias y que la administración las ejecute a la mayor brevedad, en aras de proteger los bienes patrimoniales tangibles e intangibles, en procura de recuperar y preservar la memoria histórica, la identidad local y muy especialmente el orgullo de ser belemitas.

Sin lugar a dudas, si somos conscientes de la diversidad artístico cultural y de nuestra herencia, Belén tendrá en su patrimonio cultural, el constructor de un desarrollo sostenible.

jueves, julio 21, 2005

Vistazo a la gestión cultural en Belén

Lic. Juan Carlos Murillo Sánchez, Gestor Cultural
La gestión cultural en el Cantón de Belén ha experimentado a través de su historia una serie de transformaciones, manteniéndose sin embargo, como común denominador el que desde los inicios del Cantonato y hasta 1998 haya estado en manos de una administración mixta, donde representantes de la Municipalidad y la sociedad civil unieron esfuerzos para el desarrollo y promoción cultural a través de la Comisión Municipal de Asuntos Culturales.

Se puede profundizar más sobre lo indicado a partir de los años 70, donde el binomio (administración municipal y sociedad civil), dieron un importante impulso a la gestión cultural, sin menoscabar los significativos aportes realizados por una gran cantidad de personas y agrupaciones que surgieron en forma independiente y que también contribuyeron al desarrollo cultural del cantón de Belén.

A finales de la década de los 60´s y principios de los 70´s, el surgimiento del Movimiento Juvenil Belemita, generó en la juventud un espacio muy significativo para el desarrollo cultural, deportivo y social en el Cantón de Belén, y que en el ámbito cultural toma mayor fuerza a partir del año 75, con el surgimiento de la Academia Artística Belemita, organización que dio un giro notable al quehacer cultural de nuestro cantón y que contó con el impulso de Gonzalo Sánchez y la Municipalidad de ese entonces.

La Academia como se le conoció, fue fundada por Danilo Chávez Quesada, con la colaboración de otras personalidades como Joaquín Corrales, Aquiles Jiménez V. (hoy Premio Nacional de Escultura), Jeannette Sossa, etc., y con ellos se establecieron talleres de danza moderna, coro, escultura, música, guitarra, flauta, pintura, etc., lo cual alimentó el espíritu investigativo y creador de la niñez y la juventud belemita de la época y que aún rinde sus frutos.

Lamentablemente, por falta de apoyo y de espacios donde desarrollar su labor, la Academia cerró sus puertas en el año 76, dejando un profundo vació en nuestra comunidad, que a la vez influyó para que entre 1975 y los años 90, surgieran una serie de organizaciones culturales que también vinieron a poner un grano de arena en el quehacer cultural y en el desarrollo socio cultural de Belén.

En el 75, se fundó Sembrando Futuro, una agrupación de Danza Moderna que por más de 10 años se presentó en escenarios locales y nacionales como el Teatro Nacional y Melico Salazar, dejaron el nombre de Belén muy en alto por la calidad dancística que presentaban sus integrantes. Proyecto que contribuyó enormemente en el crecimiento de la niñez y la juventud belemita, manteniéndose vigente como escuela de danza hasta 1988.

En el 75, también se funda el Grupo Guapinol, el cual tiene una gran participación en el proceso cultural belemita y que se consolida aún más con el Periódico Guapinol, dado que por más de 20 años en su primera etapa y 10 años con el periódico, fortalecen la gestión cultural, el espacio crítico y aportan un cambio decisivo en la escena política local.

Otras agrupaciones surgieron con gran éxito, tales como el Grupo de Teatro Belén, que estuvo activo por espacio de ocho años y el Grupo de Teatro La Posada, de la Asunción de Belén.

De igual forma, las organizaciones comunales, como las Asociaciones de Desarrollo de San Antonio, La Ribera y La Asunción y el grupo de Laicos de la Ribera de Belén contribuyeron en algunos momentos a abrir espacios en los distritos y a contribuir en el desarrollo cultural por medio de actividades artísticas, semanas culturales, etc.

En el 88, nace la Rondalla Municipal de Belén, la cual hoy día continúa llevando alegría y difundiendo la música popular nacional por distintos escenarios locales e internacionales.

En el año 93 y como respuesta a un vacío que se presentaba en la organización de la cultura belemita, surge la Asociación Cultural El Guapinol, quienes en los últimos 12 años, se han constituido en un socio estratégico del Concejo Municipal en el desarrollo de programas y la promoción de la cultura belemita, con actividades generadoras de formación artística, así como en el rescate de tradiciones y valores.

Asimismo, el Guapinol tuvo una importante participación en la construcción y puesta en acción del espacio denominado Teatro Municipal El Nacimiento, el cual estuvo bajo su administración entre 1997 y el 2001, año a partir del cual pasó a ser administrado por la Municipalidad.

Con el Guapinol, resurge la actividad teatral en el año 97 al fundarse El Grupo de Teatro Argamasa, con ocasión de celebrarse el 95º aniversario del cantonato. Agrupación que en el 2001, decide pasar a formar parte del proceso cultural de la Municipalidad de Belén.

Muchas son las personalidades de Belén que han contribuido al desarrollo artístico cultural, ya sea en forma independiente o con su aporte en las Comisiones de Cultura, tal es el caso de Gonzalo Sánchez, Cabita Thuel, Doña Edith Sánchez, Fabio Amado Aguilar, Cristina Cerdas, Víctor Sanabria, Danilo Pérez, Danilo Chávez, Sandra Rodríguez, Lorena Vargas, entre otros.

Importante reseñar que en 1997, la Municipalidad adquirió una edificación conocida como la Arrocera de los Zamora, con el propósito de ubicar lo que denominaron el Complejo Cívico- Cultural de Belén. Una sección del inmueble mediante convenio la cedió en administración al Guapinol, a fin de instituir lo que posteriormente se denominó Teatro Municipal El Nacimiento.

En el 88, en el seno municipal se hacen los primeros esfuerzos por dotar de una reglamentación al proyecto del Complejo Cívico Cultural de Belén, herramienta que promueve la conformación de una Junta Administradora para el Centro Cívico Cultural, la cual nunca llegó a operar, debido a que el nuevo gobierno local no dio continuidad al proyecto.

En el 99, se crea el Proceso de Cultura Municipal a cargo de la Unidad de Cultura. Se constituye la Casa de la Cultura, en el sitio donde se albergo el Primer Edificio Municipal y posteriormente fue la Cárcel de Belén, la cual se encuentra hasta la fecha bajo la administración de la Unidad de Cultura.

Cercanos a celebrar el centenario de nuestro cantonato y en aras de mejorar la calidad de vida de los belemitas, se hace necesario que desde el proceso de cultura municipal se hagan ingentes esfuerzos por re-articular las políticas públicas de cultura que coadyuven a la construcción de espacios para el desarrollo cultural, faciliten la creatividad y la diversidad cultural y que se contribuya a recuperar y reforzar la identidad local.

Políticas culturales, que interactúen con las demás políticas gubernamentales –sociales, económicas, educativas, ambientales y urbanísticas, con el propósito de insertar al Cantón de Belén en el siglo XXI.

El Guapinol y el Belén del 2030

El Guapinol y el Belén del 2030.

Según la UNESCO, la diversidad cultural es el principal patrimonio de la humanidad y constituye además un elemento esencial en la transformación de una comunidad y su realidad urbano social. Nos advierte además sobre el peligro que enfrentan las relaciones culturales y ecológicas ante uno de los retos más importantes que tiene la humanidad y su sostenibilidad, versus un modelo de desarrollo económico excesivamente depredador de los recursos naturales y de los bienes comunes (así señalado en las cumbres de Río de Janeiro, 1992, Aalborg 1994 y Johannesburgo, 2002).

Por otra parte, en reiteradas ocasiones nos señala que los derechos culturales forman parte indisociable de los derechos humanos y que estos toman como referencia la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y la Declaración Universal de la UNESCO sobre Diversidad Cultural (2001).

Nos dice además que los gobiernos locales se deben constituir en defensores y promotores del avance de los derechos humanos y portavoces de la ciudadanía, por lo que les corresponde apoyar un desarrollo cultural, que se base en la multiplicidad de los agentes sociales, la transparencia informativa, así como la participación ciudadana en la concepción de las políticas culturales, toma de decisiones y la evaluación de programas y proyectos.

Le concierne además a los gobiernos locales, construir los espacios para la diversidad creativa y para que todo aquello que sea diferente (procedencias, visiones, edades, géneros, etnias y clases sociales) forjen el desarrollo humano integral donde el diálogo entre identidad y diversidad, individuo y colectividad, sean las herramientas para garantizar la supervivencia y el desarrollo de la cultura y la construcción de la identidad local.

Y que, para que garanticen la calidad del desarrollo humano, deben procurar en el ámbito local la coordinación entre las políticas públicas de cultura y las demás políticas gubernamentales –sociales, económicas, educativas, ambientales y urbanísticas.

Basados en lo anterior, la Asociación Cultural El Guapinol manifiesta su opinión en la consulta ciudadana acerca de lo que se quiere para el Belén del 2030, visualizando un futuro respecto al tema cultural, donde:

a) Existan políticas públicas culturales, exentas de intereses personales y político partidistas.
b) Se fomente la diversidad cultural.
c) Se apoye y promuevan los bienes y servicios culturales.
d) Se garantice la participación ciudadana en la formulación y evaluación de las políticas públicas culturales.
e) Se garantice la financiación pública a programas y servicios de iniciativa privada mediante la subvención a las actividades.
f) Se estimule a las empresas para que inviertan en la cultura mediante incentivos fiscales, siempre y cuando se tome en cuenta el respeto al interés público.
g) Se de valor a la identidad local y se fortalezca la memoria histórica.
h) Se potencie el papel de las industrias culturales y los medios de comunicación locales en la contribución, formación, creatividad y la generación de empleo.
i) Se descentralicen las políticas y los recursos destinados al área cultural.
j) Se preocupen por establecer parámetros culturales en la gestión urbanística y en toda planificación territorial y urbana, para asegurar la protección del patrimonio cultural local y la herencia de las generaciones antecesoras.
k) Se generen espacios públicos y se fomenten su uso como lugares culturales de relación y convivencia.
l) Se fomente la lectura y la difusión del libro y el acceso de toda la ciudadanía a la producción literaria global y local.
m) Se promuevan las tecnologías de información y comunicación, como formas de socializar el acceso a la dimensión digital de proyectos y del acervo cultural local o universal.
n) Se establezcan políticas que tengan como objetivo el fomento de principios y valores, tales como pluralidad, transparencia, responsabilidad, etc..
o) Se garantice la libertad de expresión, se respeten los derechos de los autores y de los artistas y se reconozca su justa remuneración.
p) Se favorezca el carácter público y colectivo de la cultura
q) Se fomente el contacto de los públicos con manifestaciones que faciliten el cara a cara (espectáculos en vivo, cine, fiestas, etc).
r) Se promuevan las relaciones entre equipamientos culturales y entidades que trabajan con el conocimiento.
s) Se fomenten programas dirigidos a divulgar la cultura científica y la tecnología.
t) Se establezcan acciones para la protección del patrimonio cultural, su promoción y difusión.
u) Se proteja, revalorice y se difunda el patrimonio documental
v) Se incentive a los creadores y artistas a expresar y sentir y se les facilite su comunicación con la ciudadanía.
w) Se establezcan mecanismos ciertos de evaluación.

lunes, julio 11, 2005

Los Nuevos Troncales de la Cultura

En el marco de la Conferencia de la UNESCO, Catherine Trautmann, ministra de Cultura y Comunicación de Francia, aseguró que la relación simbiótica entre cultura y desarrollo será el tema central de la década que inicia. El desarrollo, dijo, debe reorientarse a las personas y, la democracia cultural, aunque parezca un término gastado, debe ser la prioridad. "Una sociedad donde las referencias desaparecen por el desempleo y la exclusión, busca el vínculo social y plantea la necesidad de acceso a la cultura", es en las escuelas, siguió diciendo, "donde deben disolverse las diferencias y las injusticias, y es la educación la que deberá formar la sensibilidad artística para formar ciudadanos y no consumidores pasivos en la sociedad de la información". Trautmann propone a la cultura como un factor clave en la reconstrucción del vínculo social, contra la exclusión y contra la marginación sociales; del mismo modo que la diversificación de las ofertas culturales resulta prioritaria en la lucha contra las concentraciones de los productos culturales y debe ser la respuesta que los gobiernos den para que el desarrollo cultural llegue a todos[1][1].

Gustavo Adolfo Becerra, escritor

El mundo crece y crecerá en redes, como cuerpos colegiados, complejos sistemas de información vinculantes (que no logramos explicar sin o a través de pequeños close up al mundo de informática) o grupos de amigos unidos por una misma intención y similar ternura. Es un proceso ineludible y biológico: se requiere del otro, de la legitimidad del otro, de las comunidades electrónicas como núcleos de organización social básica[2][2], incluso para la sobrevivencia. Jan Pronk, holandés y ministro de Desarrollo y Comunicación, señala los principales cambios provocados por el siglo XX en trazos firmes: el paso de las culturas tradicionales hacía la fascinación por el futuro; la adaptación humana a la naturaleza, reemplazada por el dominio tecnológico; y la seguridad, dentro de la comunidad, sustituida por relaciones anónimas del mercado, que ofrece seguridad sólo a unos cuantos. También otros elementos de fijación en la memoria tendrán posibilidades de expresarse (los nuevos panópticos), y entre ellos “los sistemas multimedia que definen instrumentos que combinan sistemas simbólicos distintos (texto, gráfico, animación, imagen fija y en movimiento, sonido, datos, ...), aspecto que los dota de una gran capacidad para estimular diferentes sentidos, potenciando de esta forma la retención de la información”. Diversos estudios (ya clásicos) revelan como se recuerda el 10% de lo que se ve, el 20% de lo que se oye, el 50% de lo que se ve y se oye, y el 80% de lo que se ve, se oye y se hace (multimedia interactivos).

En el 2001 se puede enviar más información por un solo cable en un segundo que la que se podía enviar en 1997 por todo Internet en un mes y antes de la seguidilla de ejemplos que grafican los cambios tecnológicos y las necesidad urgente de adaptación del hombre a ellos, una reflexión aguda de Robert Markley (1996), autor de "Realidades virtuales y sus descontentos", quien señala “que el ciberespacio no puede separarse nunca de las políticas de representación, precisamente porque es la proyección de los conflictos de clase, género y raza a los que la tecnología a la vez engloba y busca borrar”; sigamos con los ejemplos: transmitir tres mil millones de bits de información de Boston a Los Ángeles costaba 150.000 dólares en 1970 y hoy cuesta 12 centavos de dólar; enviar un documento de 40 páginas de Chile a Kenya cuesta por e-mail menos de 10 centavos de dólar, por fax en torno a 10 dólares y por courier 50 dólares; Internet ha crecido de 16 millones de usuarios en 1995 a más de 400 millones en el 2000 y se espera que llegue a los 1.000 millones de usuarios en el 2005; en dos años, entre 1998 y 2000, los usuarios de Internet crecieron de 1,7 a 9,8 millones en Brasil, de 3,8 a 16,9 millones en China y de 2.500 a 25.000 en Uganda; la producción de alta tecnología creció entre 1985 y 1997 más de dos veces más deprisa que la producción total en todas salvo en una de las 68 economías que cuentan con el 97% de la actividad industrial total; las exportaciones de tecnología de información y comunicación de la India crecieron de 150 a 4.000 millones de dólares entre 1990 y 1999; entre 1992 y 1997 Vietnam redujo en un 60% los casos de malaria y en un 97% la tasa de muertes por esta enfermedad mediante el desarrollo y el uso de medicamentos de alta calidad producidos localmente; Cuba ha desarrollado la única vacuna contra la meningitis B mediante investigación biotecnológica que consiguió la inmunización nacional a fines de los 80; en Brasil un equipo de científicos de la computación, por encargo del gobierno, ha diseñado un computador básico que cuesta cerca de 300 dólares; en 1999 el Instituto Indio de Tecnología de Madras creó un sistema de acceso a Internet de bajo coste que no necesita modem y elimina las líneas de cobre resultando ideal para proveer acceso a las comunidades de renta baja; sólo el 0,1% de los 25 millones de africanos sub-saharianos infectados de SIDA tienen acceso a los medicamentos disponibles; las ventas de medicamentos en África se prevé que representarán sólo el 1,3% de las ventas totales en 2002; una encuesta realizada en el 2000 a agricultores estadounidenses que cultivan maíz transgénico mostró que el 90% creía seguir procedimientos seguros para la salud, pero sólo un 71% lo hacía efectivamente[3][3].

Casi siempre cuando se analiza la historia institucional de la cultura de un país o de una región, como una forma de constatar lesiones, de dejar constancia en informes acerca de aquello mucho que pudo haber sido o aquello poco que fue, más que un conjunto de propuestas. Se pierde inobjetablemente la mirada, o dicho en lenguaje de camionero, se pierde la visión gran angular que otorgan las “luces altas”. No hay claros indicadores acerca del comportamiento de la cultura en la sociedad, y menos en los gabinetes de los Ministros de Hacienda y Economía; de alguna manera le ofrecemos un paradigma distinto al mundo de la cultura, por ende excluyente, donde cobijarla, por eso, por extensión, resulta casi imposible explicar la incidencia (si la hubiera) de la poesía en el PIB de la macroeconomía. De muchas maneras, si existen redes nacionales de negocios que se fortalecen y tienen un crecimiento sostenido, acuerdos internacionales y mercados financieros sustentables, es también porque han actuado como piedras fundamentales elementos que generan confianza-país. ¿Cuáles elementos son estos? Es una pregunta a la que debemos intentar dar respuesta desde las ciencias sociales. Y desde la cultura.

No hay indicadores de gestión para medir alcances sociales de proyectos culturales, repercusiones e impacto: legítimas dudas nacen cuando se trata de fortalecer, a través de fondos concursables, determinadas formas de “hacer arte” que son determinados por gustos de jurados (en boga / lo que se usa), sin una acabada propuesta estética o con una acabada propuesta: la libertad de crear es casi inherente a la libertad de ser. Y excede, casi siempre, los marcos que la quieren contener. Esto último es claramente visible en el rol que cumplen los agregados culturales en la promoción del arte en el mundo: sin indicadores de gestión, sin métodos evaluación (ni planillas de interés, ni siquiera informes periódicos), sin otro compromiso que la voluntad personal (cuando acontece), tienen un rol que es no-identificable (menos por los embajadores –responsables de misión) y cuando son promovidos por las autoridades ministeriales de turno, no existe una resistencia que ayude a explicar estas decisiones (el quebrantamiento de un programa de trabajo, el proceso de intervención acotado en un espacio y tiempo pre-definido), la mayoría de las veces estas decisiones ministeriales son injustas y en un 100% de los casos, por no haber indicadores de gestión, no documentadas. ¿Se pueden tomar decisiones no documentadas? Esta forma de “hacer cultura institucional” muestra enormes debilidades y deja ver el engorroso cuerpo administrativo que la genera (y genera). Sin indicadores de gestión no hay elementos de evaluación y sin evaluación, no hay una contraloría (social e institucional) que vele por la racional aplicación de recursos / tanto humanos como financieros, en las diversas instancias donde se inyectan.

Expresiones culturales distintas dejan de ser consideradas gravitantes (por usar un término de la política contemporánea) porque, el decisor o el conjunto de decisores, tiene (n) una mirada pequeña (luz baja) en torno a esas expresiones[4][4]. Eso sucede, por ejemplo, con los talabarteros (artistas del cuero y de la lesna) que nunca han tenido un Encuentro Nacional (desde el resentimiento, si se quiere: menos aún en un Hotel de cinco estrellas), con las hilanderas de mantas de Doñihue, con los sombrereros del Maule, con los mimbreros de Chimbarongo, con los alfareros de Pomaire y Quinchamalí, con los artesanos de la concha marina, con los artesanos en platería mapuche, con las ceramistas en greda y loza perfumada, con las tejedoras a palillo y a crochet, con las diseñadoras de trajes en lana de oveja, etc. Al contrario de lo que podría pensarse, muchos de estos productos culturales podrían constituirse también en productivas unidades de negocios y rentables. La silla de montar chilena, tiene un sentido mayor en la significación de la ruralidad, pero también posibilidades concretas de competencia con productos similares de otros mercados. En tiempos actuales –enmarcados por la sociedad del conocimiento y por una cultura que transita desde los soportes (hardware) a los procesos (software)-, entre el ser y decir se juega la dignidad humana. Ni más ni menos. Por eso es tan importante decir, porque los pueblos se dignifican. Y por eso, estoy feliz de “decir”. La masividad del decir, es parte de la socialización de la dignidad; la voz plural que dice como un concepto exquisito de ciudadanía y democracia. Creo que ya tenemos mayoría de edad como país, como para caminar estos senderos, batirnos a duelo con el “principio de la incertidumbre”[5][5], y metodologizar algunas ideas básicas, razones y pilares de esta convocatoria. El mundo ha sido modificado casi desde la raíz y el hombre se pregunta, ¿dónde está Dios? Lo busca con ahínco. Hay innumerables ofertas en el mercado de la filosofía, de fácil acceso y sin mayores compromisos para acceder a la trascendencia. Para muchos Dios, hoy por hoy, es un producto sujeto a las leyes del mercado, un Gran imaginario social, un sitio donde se reclutan las penas del alma, una especie de San Expedito pero con la agenda ocupada.

Complejo resulta crear (generar / proponer) un sistema socio-político aplicable a la medida de una realidad determinada, desde la institucionalidad. Todos los trajes a la medida terminan quedando chicos (lo sabemos), los planes quinquenales, los proyectos globalizadores, las guerras preventivas. También los programas de trabajo tienen ese estigma (desde antes de nacer), y más aún los programas sociales de gobierno, tienen ese final predecible: se ajustan con demasía al cuerpo social (que ahogan) o quedan cortos de piernas (que impiden a los pueblos caminar). El mundo ha cambiado en diversas direcciones: la palabra pueblo ha desaparecido del diccionario. Vivimos en la gran telaraña de la comunicación instantánea, en la red de redes. Por eso, en el ámbito de la educación sistemática, se proponen cambios y se aplican reformas estructurales tanto en programas como en contenidos, y éstas en cada vez más breves plazos, quedan obsoletas, añejas, anticuadas; así acontece con la reforma educacional chilena y con otras reformas en el área de educación en América Latina. Así está de rápido el mundo[6][6]. La tendencia del siglo XXI, es hacia la construcción de nuevos sistemas de educación, que preparen al individuo para entender su propia realidad y pueda así seguir (la) transformándolo. Colom Cañelas (1994), indica que estos nuevos sistemas deben tener algunas de las siguientes cualidades: interactividad, movilidad, convertibilidad, conectabilidad, omnipresencia (democratización total de la información) y mundialización (información sin fronteras ni diferencias). La organización social y la institucionalidad cultural también debería tener esos soportes transversales.

Una anécdota: muchos amigos que en su juventud hablaban y hacían declaraciones de su voluntad inquebrantable para aportar decididamente a “la transformación del mundo”, ahora se conforman con no comer carnes rojas. Perdieron la fe y el entusiasmo. Ese empuje vital de aquellos jóvenes, hace falta, por ello hay una urgencia de crear el soporte que sostenga esa fuerza, si se demanda. También hace falta resucitar la palabra pobre (y pobreza), ese ser humano protagonista de las opciones preferenciales. La opción preferencial por los pobres no ha pasado de moda, por más que esté “out” hablar de ella en los foros internacionales, en reuniones de empresarios, en acuerdos comerciales y de transferencia, en las altas cimas y presidencias de los poderes decisionales. En el pobre está Cristo, eso está claro. En muchos proyectos sociales que se promueven, como en un gran menú de opciones, quedan latiendo las palabras del Papa, cuando señala: se pueden construir sociedades sin Dios, pero tarde o temprano estas sociedades se vuelven contra el hombre. Y, por cierto que los cristianos, no queremos dejar a Cristo fuera del banquete, aunque por el momento sea teórico: trabajo decente como dice la OIT y crecimiento con equidad, como se verbaliza en muchos documentos. En fin, 700 millones de personas viven en el hambre, según la FAO. Pero a veces esos pobres no nos importan. No los conocemos y ojos que no ven, corazón que no siente. El antónimo del amor, no es odio, sino la indiferencia.

En sólo una generación, hemos descubierto y explotado la energía del átomo, hemos entrado con instrumentos de la física, la química y la biología a escrutar signos herméticos de la materia. Por su parte, la ingeniería genética y la biotecnología nos permite acceder a la agricultura de manera eficaz, mejorando la producción de híbridos y otros frutos, y buscando formas de energías sintéticas que quisieran acercarnos a la perfectibilidad del hombre. Se nos acerca la colonización del espacio, dando pie a una guerra de las galaxias, a un incremento de los presupuestos para la investigación espacial. Que, seguramente, serán las adecuaciones que realizarán los distintos estados de sus presupuestos de defensa. En USA se intensifica el plan de defensa del espacio aéreo (IDE) y lo mismo debe estar sucediendo, a escala, en casi todos los países del orbe. Los satélites rastrean nuestros más mínimos movimientos y las ondas telemétricas que logran impulsar los radares que mediante sondas descubren los movimientos de los peces y los submarinos en las profundidades oceánicas y en el horizonte emergen los bio-chips. Nunca en la historia de la humanidad se han logrado desarrollos tan espectaculares en un lapso tan breve como ha ocurrido con computadoras y robots en el curso de las últimas décadas. Así como la Primera Revolución Industrial, la que comenzara en Gran Bretaña hace sólo dos siglos, trajo consigo cambios inmediatos en todos los aspectos de la vida humana (afectando al individuo, las familias, la economía, la política, etc.) , el impacto de esta nueva revolución será también total. Esencialmente, significa el tránsito desde la amplificación del poder muscular a la ampliación del poder del cerebro.

Desde una sociedad industrial nos movemos a una sociedad informatizada. Los cambios producidos por la primera revolución industrial acontecieron con gran rapidez y el mundo entero fue re- modelado sin que la gran mayoría se diera cuenta de lo que estaba sucediendo y sin que nadie pudiera detener el proceso. Una mirada en el presente mismo: Lo mismo pasa hoy, con la diferencia que estos cambios tendrán lugar con una rapidez mucho mayor y afectarán tanto la estructura productiva como la ocupacional y la social, sin embargo tenemos la posibilidad de preverlos, analizarlos, sistematizarlos y encausarlos de acuerdo al bien común y el respeto de la persona humana[7][7]. El impacto se sentirá en el hogar, en la industria, en la oficina, en la escuela, en los movimientos políticos. Ningún sector de la división especializada del trabajo, que hemos conocido en los últimos siglos, quedará igual. La sociedad post - industrial estará caracterizada, a grandes rasgos, por:

Robotización, "Inteligencia" artificial, Redes de comunicación totalmente integradas. Disponibilidad de mayor tiempo libre. Importancia del sector cuaternario de la economía. Virtual simbiosis entre hombre y máquina. Nuevas teorías, tanto del universo como de la sociedad. Colonias espaciales. Explotación de los fondos marinos. El Océano Pacífico como nuevo eje geo – político. Nuevas nociones para el tiempo y la materia. Nuevas fuentes de energía. Saturación de información. Pérdida de relevancia del Estado – Nación. Disminución de las barreras territoriales. Población más longeva y genéticamente intervenida. Educación más creativa, personalizada y continua, que se basará tanto en la búsqueda de la síntesis como de verdades múltiples. En la economía, la información se transforma tanto en el principal insumo como en el principal producto. Las sociedades y sus instituciones se hacen crecientemente heterogéneas, gracias la posibilidad de disponer de similar nivel de información de igual calidad y al mismo tiempo, etc. Las tecnologías que harán posible esta nueva sociedad se van a generalizar gracias a su costo, tamaño, flexibilidad, confiabilidad y consumo de energía. Existen límites por cierto, pero antes de que éstos se alcancen, logros como la computación y la robótica van a producir una revolución productiva que alterará profundamente la organización de la sociedad. Cuando señalamos la sociedad post - industrial, y mostramos algunos de sus rostros volvemos a mirar en la fuente lo que es reconocimiento de la dignidad humana: “En el trabajo el hombre es lo primero. Ya sea artístico, artesano, empresario, obrero o campesino, manual o intelectual, es el hombre quien trabaja; y es para el hombre para quien él trabaja”.

Insistentemente se habla de economía global reestructurada y se fundamenta de la siguiente manera: la economía internacional ha sufrido una transformación desde la Segunda Guerra Mundial, de una serie de mercados nacionales vagamente conectados a un orden mundial crecientemente inter- dependiente. La fuerza conductora ha sido la tecnología, que ha revolucionado las comunicaciones, el transporte, la gestión y el mercado. Es difícil exagerar el sensacional salto tecnológico de los últimos años. Microelectrónica, telemática, biotecnología y exploración espacial han realizado avances extraordinarios.

Estos han llevado, a su vez, a la robotización las fibras ópticas, un despliegue deslumbrante de materiales sintéticos, la ‘miniaturización’ y vastas mejoras de las comunicaciones. Estos cambios también han provocado innovaciones organizativas: diseño y manufacturas mediante computadora, líneas de ensamblaje enteramente automatizadas, control de calidad total, ciclos de vida más cortos para el producto, abastecimiento mundial, embalaje en contenedores y una administración con inventarios permanentemente actualizados. La comunicación instantánea ha hecho posible la integración de los mercados financieros del mundo y que sumas enormes atraviesen fronteras en cuestión de segundos. La integración global de mercados de capitales, bienes y mano de obra ha sido conducida por las cada vez más complejas estrategias de las empresas tras- nacionales. A través de la expansión de redes de producción internacionales, tales empresas han reunido exitosamente su capital y tecnología con mano de obra de bajo costo, en una escala mundial.

La computación y la microelectrónica son testigos de esta velocidad de cambio, corroborada por los ejemplos y datos que entregamos a continuación: el costo de hacer un millón de cálculos de computación ha bajado de US $ 1,26 a 7 centavos en el transcurso del mismo período. Ninguna otra industria en la historia de la humanidad ha alcanzado objetivos de mayor rendimiento y menor costo en un lapso tan reducido de tiempo. Esto es una motivación básica para las actuales reformas económicas en América Latina y las adecuaciones necesarias para los sistemas educativos. Los países que están en vías de desarrollo, o que buscan un desarrollo constante para acceder al mejoramiento deben poner en el eje de la transformación productiva con equidad, a la educación. Hay un rasgo característico que exige ‘especialización’ de mano de obra y de fuerza de trabajo para las nuevas tecnologías que se requieran para participar ‘efectivamente’ o ‘eficazmente’ en los mercados internaciones con bajos costos de producción en los productos. Y la educación tiene aquí un carácter esencial, crucial y definitivo: transferir conocimiento con la celeridad que requieren las nuevas tecnologías en busca de un mejor aprovechamiento de su aplicación y con un reducido costo. El esquema anterior sólo tiene a ‘materializar la lectura’, hacer visible, de los nuevos instrumentos de los cuales el hombre hará uso para mejorar su calidad de vida.

En esta opción también hay una contradicción: no todo lo que se efectúa en materia productiva es para el mejoramiento de la calidad de vida del hombre, muchas veces la principal motivación de los emprendimientos empresariales son la acumulación de capitales. Si se pretende mantener un crecimiento ordenado que permita a los países salir de su estancamiento económico[8][8], si se pretende también consolidar las estructuras sociales y el sistema democrático de organización, si se pretende abrir nuevos cauces a la importación de alta tecnología o de tecnología de punta que permita la competitividad internacional de los productos, si se pretende abrir campos a la investigación y al conocimiento para mejorar el uso de los instrumentos de servicio, si se pretende consolidar el sistema económico o buscar mejorías sustanciales en beneficio del bien común, necesariamente los Estados regionales y los gobiernos locales, deben hacer inversiones significativas en educación y en cultura. Este es un desafío que tiene que ver con la democratización de los países en América Latina, desde el punto de vista utópico la educación naturalmente inhibe aquellas conductas que atentan contra el hombre y consolida el respeto por las formas de gobernabilidad que han elegido las grandes mayorías.

En esta época de revolución científica y tecnológica, de progresiva globalización de los mercados, de competitividad basada en la incorporación y difusión del progreso técnico, del progreso técnico y aceptación social de la ‘paradoja de la productividad’, del nuevo paradigma de organización y gestión empresarial,[9][9] del efecto horizontal de las tecnologías de información, en época de ahorro de energía, de sustentabilidad ambiental[10][10], volvemos a poner al hombre en el centro de la mirada: “no se trata de vencer el hambre, ni siquiera de hacer retroceder la pobreza. El combate contra la miseria, urgente y necesario, es insuficiente. Se trata de construir un mundo donde todo hombre sin excepción de raza, religión o nacionalidad, pueda vivir una vida plenamente humana, emancipado de las servidumbres que le vienen de parte de los hombres y de una naturaleza insuficientemente dominada”[11][11]. Aunque deberíamos ya decir, una naturaleza viva y armónica con la existencia humana.

Pero como individuos que trabajan “para el engrandecimiento humano y la utilidad de la virtud” (en palabras de José Martí) tenemos claros sitios de pertenencia. Siendo universales y participando de los procesos de mundialización, tenemos particularidades innegables, que nos determinan y condicionan. “Italia está en la fundación de la Latinidad pero ésta pronto abrazó a los pueblos de raíz gálica e ibérica: el mayor texto de Julio César tiene a Francia por escenario y si España le dio a Roma tres césares --Trajano de Itálica, Adriano de Andalucía y Teodosio de Cauca- le dio, sobre todo, escritores --los poetas Marcial y Lucano-- y al filósofo primordial del estoicismo hispano-latino, Séneca, natural de Córdoba y representante eterno de la espiritualidad latina que reúne los valores de la libertad y la pasión, la naturaleza y la muerta, aceptados como realidades, no como fatalidades. La cuna de la latinidad la mecen las olas del Mare Nostrum y a su flujo y reflujo contribuyen las culturas ribereñas, desde la helénica que nos llega por Italia, hasta la hebrea y la islámica, que entran por España. Por eso, cuando en el siglo XV Europa descubre a América y América descubre a Europa, el Mediterráneo latino se extiende hasta el mar de las Antillas y hacia el sur, a las costas del Brasil explorado, pronto hará quinientos años, por el navegante portugués Pedro Alvares Cabral”[12][12].

Sabemos de la existencia notoria, mediante el proceso de globalización, de poderes emergentes y decisionales que antes ocultaban su rostro, o estaban detrás de los muros, en los laboratorios. Uno de estos poderes, quizás el principal, es el poder de la ciencia (el conocimiento científico), directamente vinculado con el mundo de la genética y de la ingeniería, la manipulación de la vida. Antes, la ciencia buscaba en la literatura aspectos en los cuales podía profundizar de manera sistemática y con resultados empíricos. Hoy, los creadores artistas, o al menos un conjunto de ellos, miran a la ciencia como materiales de sus propios análisis y aportes para sus obras. El poder de la ciencia es casi total, no sólo en estas materias sino en campos más complejos como la carrera armamentista. ¿Dónde está Dios? El poder que está en manos de los científicos, es altísimo. Esta nueva realidad que se instala en el mundo contemporáneo, para no irse, es un factor decisivo de desarrollo, investigación y poder. ¡Qué duda cabe! Están ahí la nanociencia, la mecánica cuántica, los memes[13][13] y la nanotecnología. Si vieron la obra de Teatro “Copenhague”, se darán cuenta que la conversación de Heisenberg con el danés Bohr, determina un momento crucial en la historia de la humanidad: partículas que emergen, cámaras de vacíos, velocidades y el destino del mundo. Nadie puede hacer oídos sordos a ese poder que emerge. La spintrónica dará muchas leyes al poder digital de la técnica, por ejemplo. Y aunque ahora parece una palabra “mal escrita”, muchos volúmenes se escribirán bajo su influjo. Es decir, sin un fuerte estímulo en el mundo de la ciencia, las dificultades de crecimiento cada vez serán mayores y la competitividad más baja. También es bueno que de ese sector surja una palabra que ilumine.

Por eso, este segundo tramo de “lluvias de ideas” lo he llamado “el efecto mariposa (ley del caos)”: un aleteo de mariposa en el Caribe, es un huracán en Australia. De alguna manera este precepto quiere señalar que todas las cosas están vinculadas, que operan como vasos comunicantes, que se relacionan. Y que estos vínculos-nódulos son cada vez más necesarios, incluso en la articulación partidaria. Imagino el mundo como grandes troncales por donde circulan los bits de la comunicación binaria, la digitalización de la memoria, las experiencias vivas de las comunidades electrónicas, etc. Por lo tanto, factores decisivos de emprendimiento económico (comercial para ser más amplios) requieren de poderes concretos, al menos en información, para poder realizar con éxito las acciones que se requieran y obtener los frutos deseados. Para nadie es un misterio que muchos viñedos de Chile fueron destruidos producto del crecimiento expansivo del kiwi y que luego, cuando en el Asia, se produjeron volúmenes significativos de kiwis, estos kiwis-chilenos perdieron presencia en el mercado. Y quienes habían tomado esa decisión se vieron en la necesidad de reconvertir sus procesos productivos, porque no tenían la información procesada de manera adecuada. Y, por cierto, sus producciones[14][14].

Desde este punto de vista que lo hace evidente y de otros ámbitos que lo requieren, necesitamos una re-ingeniería en el mundo de las relaciones internacionales y en la formación de los empelados públicos que sirven en ese sector. Otra mirada se requiere (desde la cultura), una mirada centrada en la cooperación horizontal y en el respeto hacia la diversidad, una mirada que signifique. Esta es una urgencia que determinará el quehacer de las naciones, los estados y los pueblos. No existe el milagro económico de la provincia de Cachapoal, como si mañana fuera a despegar de la pobreza y ha instalarse como potencia económica provincial, capaz de satisfacer todas las demandas de sus habitantes y de atraer inversionistas y capitales. No existe el milagro económico particular, sino regional. La idea de bloque y comunidad se hace cada más importante, comunión de intereses y proyectos, comunión de sueños e ideas, comunión de afectos y ternuras. Tampoco existen milagros económicos como tales, pero dejémoslo pasar sólo por esta vez. Al contrario de lo que podría pensarse y que sería consecuencia lógica del tránsito de la humanidad por la cultura de la información y la sociedad del bienestar, los intelectuales han ido disminuyendo sus tiempos reales dedicados a la observación, al análisis crítico, a la vertebralización de sus propias reflexiones. No está inmune de estos acontecimientos el mundo de las letras. Quizás por exceso de trabajo de los propios escritores, por el dinamismo que ha ido adquiriendo el mundo contemporáneo, el tiempo de reflexión para analizar el sentido de la actividad en forma crítica, es cada vez menor. Por lo tanto la información requerida para los procesos interpretativos de los mundos internos, también se ve afectada y, en algunos casos, muy debilitada, notoriamente expuesta. Hay poco análisis y, si existen, muy superficiales acerca de estos temas inquietantes. Quizás es consecuencia de una cultura light que todo lo transforma en vanidad y desecho. También de los procesos de aceleración que tienen y asumen los creadores, y también por las dificultades reales que se producen por la no existencia de un halo social que los proteja. Lejanos se ven los tiempos de los documentos magisteriales “A construir la Civilización del Amor” del Cardenal Raúl Silva Henríquez y otros vinculados con las encíclicas sociales que eran elementos primordiales del debate consciente. Para muchos hablar hoy de encíclicas sociales es remitirlos a la pre-historia del mundo. Y para muchos recordar al Cardenal Silva Henríquez es un verdadero milagro.

Los indicadores objetivos que generan confianza en la inversión (desde al economía y la estabilidad social) los conocemos largamente, tienen directa relación con el crecimiento sostenido, tranquilidad de los mercados, comportamiento social, altos índices de probidad administrativa, aparato estatal con organismos contralores despiertos, etc. Una de las mediciones subjetivas más difícil de medir (no existen indicadores claros) es la confianza que, a su vez, es factor determinante en la etapa final (cierre) de los negocios. Siendo subjetiva actúa dentro de otros parámetros y obedece a otra lógica. No siempre la confianza para unos, lo es para todo el mundo. La idea de confianza no es exportable como insumo. No es extensible a un campo general, sino que se mueve "acotadamente": sirve para un segmento determinado, en una determinada circunstancia. Desde esta perspectiva las alianzas que se establecen para generar nuevos mercados, introducción de nuevos productos, innovación tecnológica, servicios y soportes, aunque no se expliciten tienen un aval cultural.: la piedra genésica de las confianzas. Subyace en esta proposición una imagen país que avala, que es producto de, que está íntimamente ligado a una red de valores que lo hacen merecedor del respeto social. Creo, desde esa dinámica social, lo que se denomina cultura (con los contenidos socializados por Tylor: todo lo que hace el hombre) genera subjetivamente confianzas. Más aún si la cultura está ceñida al campo de la ciencia, la investigación las artes y el pensamiento. Por lo tanto, en este mundo de gran pragmatismo, concreto y de contrato social vigente, al cual pertenece el mundo de los negocios, la introducción de una variable subjetiva permite no sólo aumentar las potencialidades de "hacer buenos negocios", sino generarlos. Este clima de confianza y distensión que crea la cultura, en los aspectos antes señalados, motivan un campo de movimiento en las relaciones sociales distinto al que habitualmente se mueven los hombres de negocios. Por eso, la idea de "gerenciar la cultura" no es una idea peregrina, sino que tiene esa lógica elemental. A raíz de mi propia experiencia, he descubierto que Neruda y la Mistral, son personajes conocidos en el mundo de los negocios y en el mundo empresarial. Chile es Neruda. También Chile es Víctor Jara. Reconocerlo es aproximarse a ese troncal por donde circulan las confianzas. Hay un conocimiento acabado del flujo de capitales, de la necesidad de ahondar y generar nuevas vías de entendimiento en los sistemas financieros, de acuerdos internacionales relacionados con las firmas electrónicas, pero lo que genera confianza es esta nueva dimensión de las relaciones humanas. Ahí hay un potencial in-medible, difícil de cuantificar pero evidente. Naturalmente, entonces, que los cien años de Neruda (que se celebraron) y que, a instancias presidenciales, se ha creado una Comisión de alto nivel, es un instrumento muy valioso para el posicionamiento e inserción definitivamente de Chile en los "mercados de la confianza". Esta inversión-Neruda que ha hecho la poesía en beneficio del "crecimiento humano, de la utilidad de la virtud", es un vía de acceso a los “troncales de la confianza”. Uno de los destinos turísticos más recurrentes por los operadores internacionales de agencias de turismo, al momento de "vender Chile", es Montegrande de Gabriela Mistral, el valle del Elqui ("de mil montañas y más") y del Pisco que en esa zona se da con fragancia casi literaria. Lo mismo acontece con el litoral central y las Casas de Neruda frente al Pacífico. Esa red de confianza subjetiva que se genera a partir de la experiencia artística, permite que nuevas entidades se relacionen y mundos que se creían antagónicos puedan establecer relaciones de simpatía. E incidan de manera activa en la economía país. Parece, a todas luces, que reducir el gasto en inversión cultural es una decisión nefasta en el plano económico.

Ahora, me pondré aún más nerviosos a los economistas, haciendo una afirmación increíble: la poesía tiene una directa relación con el PIB, con el crecimiento del PIB. Hay una incidencia real en el PIB mediante la poesía, la publicación de libros y distribución de ellos, pero sobre todo por la existencia de la poesía chilena en el mundo y su influencia en el mundo de las letras. También tiene esta incidencia el cine en el PIB y las artes en general. Este año recién pasado cuando se celebraban los cien años de Neruda en el mundo, en muchos países la imagen de Chile, su posicionamiento como país culto y confiable, creció. Este crecimiento de la imagen país se traduce en redes de confianza, pilar fundamental de los negocios y las relaciones financieras. Nadie discute que los funcionarios internacionales más importantes que ha tenido cancillería, han sido Gabriela Mistral y Pablo Neruda. Aunque no están físicamente, fueron embajadores de Chile, son y lo siguen siendo ad honorem. La presencia del cine chileno en el concierto internacional, y los éxitos obtenidos en festivales internacionales del séptimo arte, ha sido un estímulo vital para el crecimiento de la industria cinematográfica y ha movido una industria pesada en forma poderosa, pero también ha atraído públicos importantes (europeos) a encontrarse con este país que sólo conocían por la exhibición de las cintas “La Fiebre del Loco”, “Machuca” o “Taxi para Tres”, sólo para nombrar algunas producciones recientes. Y estos públicos atraídos por el cine (turismo) tienen directa relación con el PIB. La inversión que la poesía ha hecho en las redes sustentadoras de negocios, en la generación de una imagen confianza-país es preponderante, vital y factor que debe reconocerse como pilar en la economía actual.

La acción cultural tiene directa relación con el desarrollo social- sectorial. Un Festival Internacional de la Canción es gran motor del desarrollo en áreas estrictamente productivas, como el sector hotelero y gastronómico. Por lo tanto, la inversión de los estados nacionales en cultura, digámoslo directamente en el desarrollo de las artes, es inversión pura. Y permite tener una mayor conciencia de ciudadanía, entre otras múltiples relaciones colaterales. Ningún proceso social puede ser exitoso si antes no existe un proceso cultural que lo anime, que esté vive en el imaginario- dirían los sociólogos. La inversión en la promoción del arte y la cultura es siembra de humanismo. Federico Mayor Zaragoza, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), dice: "vivimos un mundo en mutación, donde los grupos se movilizan cada vez más y la acelerada evolución cultural deviene en revolución tecnológica".

Es natural el repliegue a lo conocido en materia de innovación (desde donde operan la tecnologización de los procesos y de los procesos creativos), "pero no permitamos que el miedo nos lleve a la uniformidad"; para Mayor, la cibercultura forma parte de la mundialización y puede agudizar el desequilibrio entre pobres y ricos, entre quienes tienen acceso a ella y quienes no lo tienen; por eso, las nuevas tecnologías "...exigen de nosotros vigilancia e imaginación. El deber ético se extiende al campo cultural": la ética es la estética del porvenir. Y, ¿dónde está Dios? Este legítimo otro dialogante (en lenguaje de Humberto Maturana), ¿dónde está? Cuesta encontrarlo. Parece que muchas veces se nos pierde en las cifras de la macroeconomía, en los aranceles, en las bandas de precios, en la articulación financiera. No creo que reniegue de las planillas Excels, pero las mira de reojo. El mapa general de América se ve difuso: parecen promisorias las democracias emergentes, pero la aparición del sujeto colectivo capaz de mantenerlas es débil aún. De hecho el pensamiento latinoamericano, las construcciones ideológicas que sirvieron de estímulo y puentes, han perdido vigencia. Nadie cita a Mariátegui ni a Theilard de Chardin. Tampoco al Evangelio y tenemos miedo de proclamar públicamente nuestra fe católica: escondemos la lámpara debajo de la cama. Tenemos pocas certezas en torno al amor. Es quizás el proceso más complejo que nos ha correspondido vivir. Un partido político, al fin y al cabo, es una red de amor: certezas compartidas, esperanzas compartidas, sueños compartidos. Es un complejo sistema también, de comunidades electrónicas, articuladas y vibrantes. Sin embargo, tenemos escasa conciencia de lo qué es el amor. Y quizás aquí estriben los males sociales y aquí se generen las estructuras sociales de pecado que inhiben el crecimiento humano y la utilidad de la virtud. Hay la necesidad de re-significar algunos conceptos que permitan mayor fluidez en el diálogo. Hay que re-semantizar la aurora, si me permiten una salida poética. Y dentro de este proceso de re-semantización sin duda tiene vital importancia otros segmentos sociales emergentes, que antes eran opacados por una cultura patriarcal, como las minorías sexuales. Todo ha ido cambiando de manera radical. "La globalización va de la mano de una cultura global y uniforme que cobra fuerza mientras los centros del poder económico multinacional ganan el control de los canales por los que fluye la cultura. Está surgiendo una cultura basada en productos universales, modas y gustos compartidos a nivel global y manipulados por intereses comerciales". Pronk plantea que el fin de la batalla entre comunismo y capitalismo dejó sitio a una nueva disputa: el conflicto entre la diversidad cultural en sociedades abiertas, por un lado, y la autocontención de las sociedades cerradas, caracterizadas por sabidurías estáticas, por el otro. Imagino que podríamos aportar a imaginar un nuevo mundo, desde las vertientes que se derivan de esta propuesta. Por un lado, significar contenidos que han quedado perdidos en el tiempo (o re-significarlos), por el otro, generar una mirada de futuro vinculada con el pensamiento humanista cristiano, del cual este pequeño acercamiento a los nuevos soportes tecnológicos es un entusiasta deudor y lo reconoce abiertamente.

Santiago de Chile, enero del 2005

Saludo de Gustavo Becerra

Querido y recordado Juan:

Gracias por tus palabras. Para mí tiene otros sentido la palabra Guapinol, desde que los conocí. Una nueva carga semántica la contiene. Y tiene directa relación con el proceso de humanización que vivimos, tanto en las relaciones diplomáticas como de la gestión cultural en las comunas. Me falta Costa Rica. Y la sueño.

Entiendo la gestión como una política de desarrollo, íntimamente ligada al "componente" económico. Y vinculada directa con la promoción. Estas variables, cotejadas de manera correcta, provocan al menos. Sobre esos temas he escrito aproximación.
Mi última actividad en Costa Rica, coincidió con Guido Sáenz (el ministro) y le explicaba que la poesía tiene directa relación con el PIB, el cine, por decir algo, directa relación con el crecimiento del turismo (impacto que debería medirse en la película "Caribe" de Esteban Ramírez).
Hay en el mundo de las ciencias económicas relaciones muy directas con los "códigos militares", mejor dicho, con la nomenclatura de la guerra, que también es una forma de aproximarse al tema de la gestión cultural, porque de una u otra manera es "la disputa en la territorialidad" (geopolítica) del pensamiento. La única oposición posible -hoy por hoy- al avance, por ejemplo, del neoliberalismo, está dada por las intervenciones que los agentes culturales puedan realizar en la sociedad. Y sobre esta praxis social y política de los agentes culturales, hay mucho que decir, aunque la mayoría de los textos poéticos no dicen.
Muchas veces le reclamé a Zonta esa opción suya por el Asia lejana que no conoce, poetizando un territorio mítico (que no existe), y llenándolo de oropeles, abandonando -por ende- su "responsabilidad" más directa, con Alajuela y sus cercanos (canta a tu aldea y serás universal). No es una crítica literaria. Es más bien un cuestionamiento al sitio desde el cual se escribe, es decir, es una crítica geopolítica de la creación literaria. La literatura española actual está llena de ejemplos similares.
Sobre estas materias hay mucho que conversar, pero nacen, se fragmentan, consolidan y posicionan, desde dos ámbitos: la estética (belleza) y la ética (moral).

Tengo a Belén en el corazón, Gustavo Adolfo Becerra

miércoles, julio 06, 2005

Identidad y memoria historíca

Lic. Juan Carlos Murillo Sánchez

Próximos a celebrar los 100 años del Cantonato de Belén, Heredia, Costa Rica, es oportuno que la comunidad en general reflexione seriamente sobre la urgencia de realizar esfuerzos por rescatar la identidad del “ser belemita” y su memoria histórica - cultural.

Recuerdo como en las décadas de los 70s y 80s, los belemitas participaban de pleno en la solución de sus necesidades, tal es el caso de la construcción del polideportivo o el colegio. Y se cubrían de orgullo con la gesta de nuestros niños y jóvenes en el ámbito nacional

El “progreso” que ha experimentado Belén a partir del último cuarto de siglo, nos ha engolosinado y nos ha llevado a descuidar peligrosamente nuestras raíces y nuestra identidad, trayendo consigo una población carente del sentido de comunidad o de pertenencia y que por ende incide en la poca o nula participación ciudadana en la solución de sus problemas.

Por otra parte, el vació que se observa en la recuperación y preservación del patrimonio histórico, cultural y arquitectónico imposibilita explorar nuestras raíces, sus transformaciones y la riqueza artístico - cultural y religiosa, en detrimento del
- ser belemita - y su memoria.

Históricamente, el Cantón de Belén ha sido un lugar privilegiado y rico en tradiciones, costumbres y de creadores por excelencia en diversos ámbitos de la cultura y que en su gran mayoría son desconocidos por la población.

Tal diversidad: arqueológica, religiosa, artesanal, arquitectónica, histórica, culinaria, documental, musical, etc., podría estar siendo revelados a la comunidad mediante la recopilación y preservación, para que se constituya en una fuente de estudio para las generaciones actuales y futuras.

Es por ello, que el rescate de la identidad del - ser belemita - y su patrimonio son necesarios para forjar la nueva comunidad belemita. Una comunidad con identidad propia, orgullosa de sus raíces, de su historia, trabajadora y con motivación para participar activamente en el desarrollo cultural y económico de nuestro cantón.

Es evidente que proyectos de tal envergadura, debe ser propiciados por la unión de esfuerzos, donde Municipalidad – Iglesia y los sectores de Educación, Comercio, Industria y Turismo, se den la mano y miren hacia el futuro.

Todavía estamos a tiempo, démonos la oportunidad de heredar con orgullo a las futuras generaciones: su identidad y sus raíces.

Fomentando la cultura belemita

Lic. Juan Carlos Murillo Sánchez, Presidente Asociación Cultural El Guapinol

Fomentando la cultura belemita es el nombre del proyecto cultural a desarrollar durante el 2005 por la Asociación Cultural El Guapinol, quien para el cumplimiento de sus propósitos ha establecido los siguientes programas:

El Programa de Talleres Artísticos, con 12 años de realizarse en los Centros Educativos Públicos del Cantón de Belén mediante talleres de sensibilización artística en las modalidades de expresión corporal, teatro, bailes folklóricos y canto popular los cuales se desarrollan durante el curso lectivo para culminar presentando en el mes de noviembre, un espectáculo donde los participantes muestran a la comunidad sus avances.

Los talleres tienen como objetivo procurar el estimulo de las capacidades y aptitudes artístico culturales, así como el contribuir a la formación integral de la niñez belemita en las áreas de desarrollo social, emocional e intelectual.

El Programa Literario, promueve la creación literaria en el Cantón de Belén por medio de talleres literarios, recitales, presentación de libros, propiciado además el estimulo a hacia el desarrollo del hábito por la buena lectura, mediante conferencias y talleres de apreciación literaria con literatos nacionales e internacionales.

Se reúnen los días miércoles en la Biblioteca Municipal y tienen como meta para este año publicar un libro de narrativa con el trabajo de sus integrantes.

Con el Programa Viernes Culturales, se busca enriquecer el acervo cultural y la producción artística cultural, así como contribuir a la generación de espacios de opinión, estableciendo para tal fin en los últimos viernes de cada mes actividades como charlas, conferencias, recitales de música, etc.

El Programa Cultural Itinerante, coordina con las organizaciones comunales la realización de actividades artístico culturales en los barrios y caseríos de Belén.

En el marco de actividades especiales, en el mes de junio se estará organizando en asocio a Casa de Poesía el Capitulo Belén del IV Festival Internacional de Poesía de Costa Rica, lo que permitirá poner en contacto a la población belemita con escritores extranjeros de muy buen nivel por medio de talleres, recitales y disertaciones literarias.

La Asociación Cultural El Guapinol agradece a sus colaboradores por la dedicación y esmero con que realizan su trabajo. Agradecimiento que hacen extensivo a los padres de familia, directores de los centros educativos y su personal docente, así como a la Municipalidad de Belén y a la comunidad en general por el apoyo que les brindan para que la organización culmine con éxito el trabajo propuesto.

La cultura no tiene dueño

U na aspirante a la alcaldía municipal haciendo eco de la aseveración de que la “Cultura no tiene dueño”, frase muy utilizada por miembros ...